La historia de Islandia comienza con su descubrimiento en el siglo IX, por el vikingo Naddoddr, que partiendo desde Noruega, llegó a sus costas casi por accidente, ya que realmente se dirigía hacia las Islas Feroe, según cuenta Landnámabók o el Libro del Asentamiento, la bautizó como Snæland, Tierra de nieve.
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La Historia de Islandia
El vikingo Hrafnar-Flóki, Cuervo Flóki, le puso el nombre por la que se la conoce hoy en día, Ísland, tierra de hielo, hacia el año 860.
Sus primeros asentamientos datan del año 871 y su primer habitante reconocido Ingólfur Arnarson, que fundó Reykjavik, Bahía Humeante, en el año 874.
Poco a poco fueron llegando a Islandia colonos que procedían de Noruega en su mayoría, aunque también de otras regiones más alejadas, incluso de Irlanda, Inglaterra y Escocia.
Estos asentamientos dieron fruto a la Época de las sagas que sucedieron entre el 930 y el 1030. Concretamente en el año 930 se formó el primer parlamento, Alþing, la Asamblea nacional, en Þingvellir.
Alþing es el parlamento democrático más antiguo del mundo y se mantuvo sin interrupción hasta el año 1798.
El Cristianismo en Islandia
En el siglo XI Noruega se convirtió al cristianismo. Los reyes noruegos enviaron misioneros a Islandia. Algunos islandeses aceptaron la nueva religión en Islandia, pero muchos se opusieron amargamente.
Finalmente, un hombre llamado Thorgeir, que era el portavoz de los Alþing, se dio cuenta de que era probable una guerra civil entre los dos bandos, temiendo una intervención noruega, convenciendo al pueblo para que aceptara un compromiso.
El cristianismo se convirtió en la religión oficial de Islandia, pero a los paganos se les permitía adorar a sus dioses en privado.
Durante esos años, los enfrentamientos entre milicias privadas y saqueos de granjas y pueblos eran constantes, por lo que Islandia se hallaba sumida en el más absoluto caos.
Al encontrarse Islandia en esta situación, el rey noruego Hákon Hákonarson presionó a jefes, eclesiásticos y a la nueva clase de ricos aristócratas para que aceptaran su autoridad, lo que hizo a los islandeses disolver todos los órganos de gobierno, jurando lealtad al rey noruego.
Las Fechas Más Convulsas de la Historia de Islandia
En 1262 se firmó un acuerdo de confederación y en 1281, el rey, introdujo el Jónsbók, un nuevo código legal que dejaba a Islandia bajo el poder noruego.
Mientras, el volcán Hekla entraba en erupción hasta tres veces, cubriendo de ceniza gran parte del país.
En 1397, la Unión de Kalmar (Dinamarca, Noruega y Suecia) dio a Dinamarca el gobierno de Islandia, imponiendo el luteranismo como religión, en la reforma de 1550.
En el siglo XIX, tras siglos de gobiernos extranjeros y un resurgimiento del nacionalismo patrio, Islandia restaura el comercio libre, recupera el control de sus asuntos internos y ya esboza una constitución (año 1874).
Un año más tarde, el volcán Askja, erupciona y vuelve a hacer mella en el país, envenenando al ganado con sus gases.
En 1918 Islandia y Dinamarca firmaron el Acta de Unión, que liberaba el país del dominio danés y lo convertía en un estado independiente dentro del reino de Dinamarca.
Islandia durante las Guerras Mundiales
Islandia prosperó durante la 1ª Guerra Mundial con la subida del precio de sus exportaciones de lana, carne y pescado.
Sin embargo, antes de la 2ª Guerra Mundial, se declaró neutral con la esperanza de mantener sus importantes lazos comerciales tanto con Gran Bretaña, como con Alemania.
El 9 de abril de 1940 Dinamarca fue ocupada por Alemania, provocando que el Alþing asumiera el control de los asuntos exteriores de Islandia.
Un año más tarde, el 17 de mayo de 1941, los islandeses solicitaron su completa independencia.
El establecimiento oficial de la República de Islandia se produjo finalmente en Þingvellir el 17 de junio de 1944, hoy celebrado como Día de la Independencia.
La Reconstrucción de Islandia
En el siglo XX, tras la Guerra Fría, se vivió un período de crecimiento, reconstrucción y modernización.
La construcción de la carretera de circunvalación abrieron conexiones de transporte. Se desarrollaron proyectos como la planta de energía de Krafla, en el noreste, y la de Svartsengi, cerca de Reikiavik.
El auge de la industria pesquera impulsó al país. Sin embargo, en 2008 volvió a la primera plana del panorama internacional por sufrir una de las mayores crisis económicas y políticas de la historia reciente.
Aunque, Islandia logró recuperarse tras innumerables protestas ciudadanas y dar la espalda al sistema bancario que estaba en quiebra.
Hoy en día el índice de paro en Islandia es uno de los más bajos del mundo y su economía, una de las más boyantes.